martes, 17 de febrero de 2009

Cuentito doméstico

(A modo de introducción: febrero de 2009, atroz crisis mundial y se perfila que va a afectar al país de esta empresa)

El gerente llama al subgerente del área “X”. Al arribar éste, lo hace sentar, le ofrece un trago y le comunica:
Mi querido, el jefe de la dirección de eficiencia, aquí a mi lado, luego de un concienzudo análisis, ha llegado a la conclusión de que su área, fue una de las más eficaces en este ejercicio, por lo que he decidido gratificarlo con una suma de tantos pesos.

(Supongamos, aunque en esta empresa no lo creo)

El subgerente le dice: bwana, perdón, señor, o jefe, no se si corresponde, al fin y al cabo se debe a la tarea eficiente de la gran mayoría de los empleados, algunos de ellos con más de 25 años de antigüedad y un desempeño sumamente eficaz, es más, muchos de ellos/as, se llevan trabajo a casa, porque las necesidades de la labor y las horas de permanencia en su puesto no les alcanzan, por lo que llegan a trabajar hasta sábados y domingos para cumplir su cometido, muchas veces asistidos por familiares. ¿Y para ellos no hay nada? Trabajan congelados en invierno y se asan en verano, amén de otros pormenores que no comento para no agotar su preciado tiempo.
A su vez, el subgerente del área “Y”, me comentaba que temía porque no sabía si había podido concretar su tarea como correspondía y ……

El gerente lo interrumpe: Mi viejo, acá el tema no es quien falla, sino quien debe ser premiado, y si el jefe de la dirección de eficiencia, a quien puse a dedo como a todos ustedes lo dice, es suficiente. Después de todo es deber de cada empleado, disponer de las horas que la empresa necesite de ellos, y estoicamente saber hacer frente al frío o al calor si la empresa lo requiere; esta gerencia no puede andar fijándose en nimiedades como falta de gas o refrigeración, mala alimentación en el comedor de la empresa, techos que se caen o alguna otra estupidez. ¿No se fijó que lindos quedan esos gomeros y los escritorios de roble que les compramos a cada uno de los subgerentes?. Vaya y disfrute de su doble sueldo de premio; se lo merece por inoperante.

A esta altura, Nabodowsky se para, saluda a Macri, a Rodríguez Larrata (La Micheta como de costumbre no estaba), agradece profundamente el sobresueldo y se va, contento, silbando para adentro La Internacional, mirando el reloj, porque se le hace tarde para ir a tomar un café con Buzzi.

No es El jardín de los senderos que se bifurcan ni un cuento de Cortázar; es la puta realidad en la Empresa Macriminal & Co., perdón, en la Ciudad de Buenos Aires (Por tomar sólo el área Educación). Continuará……..

1 comentario:

Tani dijo...

Brillante!!!! Clap clap clap... Veremos cómo sigue.