EN APOYO DEL PUEBLO Y EL GOBIERNO CONSTITUCIONAL DE MANUEL ZELAYA EN HONDURAS.
El repudiable golpe cívico militar en Honduras, perpetrado contra el digno pueblo catracho y el gobierno constitucional del Presidente Manuel Zelaya, es también un golpe a las condiciones de institucionalización democrática y popular que hoy predominan en América Latina.
Sus ejecutores y sus mandantes son parte de la vieja tradición golpista y autoritaria que asolara al continente en décadas pasadas. Ahí están los que mantienen una estrecha relación y dependencia con los halcones norteamericanos, las grandes fortunas familiares, los medios de comunicación alquilados por los poderosos, los narcotraficantes, la cúpula eclesiástica que los bendice y todos aquellos que, con su silencio cómplice, alientan un regreso de la nación hondureña al redil de los dominados. Se trata de la faz más terrible y salvaje de la derecha continental, aquella que ya intentara golpear a los gobiernos de Hugo Chávez y de Evo Morales y que, de modos más encubiertos, insiste en desgastar a las experiencias democráticas y populares en distintos países instalando, con gradaciones diversas, una misma situación destituyente. En el mismo sentido, se inscribe el retaceo, la parcialización, la minimización y la tendenciosidad de la información distribuida por los grandes medios internacionales y nacionales que impide a las grandes mayorías enterarse de lo que realmente le está ocurriendo al hermano pueblo hondureño.
Saludamos la inmediata y directa participación de varios mandatarios de la región, entre quienes se encuentra
Por ello, debe haber un claro e inequívoco pronunciamiento de todos los bloques parlamentarios, los partidos políticos, las centrales sindicales, los movimientos sociales, las agrupaciones estudiantiles, los dignatarios de todos los credos y aun los representantes de las organizaciones patronales. Nadie en
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